Me encontraba leyendo el último correo de uno de los blogs que sigo con interés, que me encanta por la temática y por como lo expresa, tal como su nombre lo indica "Cualquier cosita es cariño" (su autora es Mariana), en el que coincidí con sus planteos sobre la ecología, la sustentabilidad, y la relación entre nuestro compromiso y nuestra motivación, pero lo que me llamó más la atención, fue su posdata. Como al pasar, contaba que iban a talar un árbol que está en su vereda, el cual forma todo un ecosistema, y la causa de la inminente tala, era la remodelación del edificio lindero... Eso si, iban a plantar uno nuevo ni bien finalizaran.
Esto me dejó con cara de "queeeé!?", tal vez ustedes hayan puesto la misma cara.
Y me puse a pensar en las podas que se realizan en donde vivo, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde todos los años realizan podas, a mi parecer indiscriminadas, de toda aquella rama que sobresalga (algo parecido a lo que sucede en la sociedad con las personas). Reconozco que en varias ocasiones lo han hecho por seguridad, porque el tamaño del árbol debido a su antigüedad y a las fuerzas de los fuertes vientos locales, se empezaba a caer sobre la calle, y a levantar la vereda con sus raíces. No se si con una buena poda y un reimplantamiento (¿existe la palabra?) hubiesen solucionado el tema, el asunto es que directamente lo arrancaron. De hecho en esa manzana arrancaron varios y en el barrio también, ahora no recuerdo si incluso arrancaron uno que plantó mi abuelo hace más de 40 años, traído de Mendoza, su tierra natal.
Hace unos días me despertaron un sábado, con un ruido ensordecedor. Motosierras talando los árboles de la vereda de casa.
Enseguida pensé:
"Chau protección del viento y de los ruidos, chau a cierto porcentaje de absorción y retención de aguas de lluvia (que se quedan en las copas), y también chau a ciertas familias de aves que anidan a pesar de lo horrible que debe ser para ellos vivir en ese ámbito ruidoso y contaminado. Palomas, benteveos, zorzales, alguna cotorrita.
El gran árbol quedó desnudo."
No se porqué, pero me parece que esta no es la fecha adecuada para hacer podas, o tal vez si, pero no creo que sea la forma (desnudar por completo un árbol). Será esta desconfianza a causa de lo mecanizado del método?
Bueno, parece que no. Estuve buscando, y ese tipo de poda (desmoche), no es recomendable, salvo excepciones, y claro, si siempre podan de ese modo, no hay excepción.
Un pensamiento me lleva a otro, y me puse a pensar en la sabiduría de mi abuelo. Lo he visto podar ligustrinas, arbolitos, rosales, tomateros... Sabía cuándo, cómo y dónde. Lo hacía con una seguridad impresionante.
¿De dónde lo habrá aprendido? No hizo ningún curso de botánica, ni se fijó en un tutorial de Youtube. Lo debe haber adquirido de sus padres y abuelos, y estimo que también tenía esa información en su ADN. Información ancestral. Esa que supongo que aún tenemos todos, pero que apenas nacemos nos empiezan a tapar con conocimientos innecesarios, y censuras.
Qué pena haber perdido (en el desorden interno de la acumulación de saberes útiles e inútiles) esos conocimientos y saberes.
¿Se podrá "restaurar" esa INFORMACIÓN ANCESTRAL?
No habría que dejar de intentarlo.